Ricardo, el médico, conocía a Laura desde hacía diez años y comentaban las vecinas,
que la había cortejado sin llegar a nada importante. Sólo miradas, sonrisas y algún coqueteo simple. Pero por ese juego elemental, ella había alimentado la esperanza en el momento en que él dijera algo más y no sólo se remitiera a recetar un medicamento o ponerle un termómetro bajo su axila para controlar la temperatura. Por eso, cuando lo llamaba para que la atendiera, se hacía traer a la habitación el pequeño mueble de la biblioteca y ordenaba que perfumaran los muebles, abrillantaran el piso y abrieran las ventanas.
Y pedía a sus padres que se vistieran como para una fiesta y permanecieran detrás de ella como para una foto. Pero el médico no decía nada de amores ni de que necesitaba una mujer y con el tiempo y las visitas, los padres murieron esperando a que él les pidiera la mano de su hija, lo que debió ser pecado, porque el padre rabiaba en esta espera y a la madre le dolían la cabeza y las piernas.
Laura, entonces, se vengó de él. Nunca mas le prestó un libro...
Lo he leído casi todo.
ResponderEliminarSólo me ha faltado el trozo que el pajarito no me ha dejado porque me tapaba las palabras.
Los hay con suerte como Ricardo.
De la que se libró.
Besos.
Tuvo suerte porque se libró del plomazo de Laura...
Eliminarbesos
"Probe" Ricardo, ya sin posibilidades de leer libros gratis a partir de la venganza. Y para colmo ella se fue a una playa a ver pasar "viones".
ResponderEliminarRicardo no leerá mas libros gratis. Y Laura, para olvidarlo, fué unos días a tostarse y ligar en las playas de Saint Martin.
Eliminarq ingenua es Laura...
ResponderEliminaryo habría citado al médico en mi habitación... a solas... sin ropa interior....:P
Siempre lo esperarías relajada y preparada para un examen profundo...
Eliminarq ingenua es Laura...
ResponderEliminaryo habría citado al médico en mi habitación... a solas... sin ropa interior....:P
Yo hubiera elegido una venganza muchísimo más dañina. Eso fijo.
ResponderEliminarUn beso, Lucrecia.
¿Mas dañina? Conozco gente a las que han dejado de prestarles libros y se han suicidado. No lo soportaron...
Eliminarun beso, Novicia
Pobrecito Ricardo...
ResponderEliminar¿Tú lo hubieras esperado mas tiempo a Ricardo?...
Eliminar;-)
Lucrecia, yo no se si hubiera ido a ese medico. besos.
EliminarA ver, lo miraré más de cerca.
jajja, Lucre, me encanta tu blog por muchas cosas. Besos.
ResponderEliminarGracias Pola.
EliminarBueno, no te enfades, Lucre- Cia.
EliminarBesos,. yo no estoy enfadada, Lucrecia.
:)
Yo no sé si el pajarito también quiere posar para la foto o qué. Pero me desconcentra!!! Por lo demás, no sé si la venganza será tan efectiva... Un abrazo.
ResponderEliminarEl pajarito es muy educado y quiere saludar a todos los visitantes personalmente. La venganza ha sido efectiva. Ahora el médico tiene el síndrome de abstinencia.
Eliminarun abrazo
A mi m gusta mucho el pajarito, me resulta muy simpático, nos e porque a la gente le pone tan nervioso-a.
EliminarY no me estorba en tu blog, Lucrecia, por lo menos sonríe.
besos.
El pobre galeno se asustó con el panorama. La familia expectante y el perfume ambiental eran demasiado sospechosos.
ResponderEliminarMás efectivo era, como dice Don Javier, irse a la isla de San Martín a ver aterrizajes asombrosos en topless.
Ella esperó y esperó al médico hasta que se cansó y ahora ha ido a buscar paz y serenidad en la playa, con algún negrito de Saint Martin.
Eliminar10 años y la tontorrona de laura ni una sola acción,solo hacerse la enfermita y con el vestido de novia debajo de la almohada
ResponderEliminarna' de la que se libró Ricardo jajjaa
Laura, un plomazo y Ricardo, un indeciso.
EliminarNo eran la pareja ideal.
Moraleja : Nunca le presentes tus padres a tu futuro novio, hasta que no sea demasiado tarde para que dé un paso atrás.
ResponderEliminarUn beso sin compromiso.
El pobre médico, siempre con los padres delante, ¿de qué iba a hablar?... de medicina...
Eliminarun beso suicida
Supongo que te referirás lógicamente al doctor Aguado... Ricardo Aguado. Si es él, yo lo conocí, y no me extraña su manera de actuar.
ResponderEliminarAhora eso sí... si se trata del doctor Gutiérrez, de momento sólo conozco a dos de sus familiares (si es que lo son por parte de padre). Si son de otra rama, dejemos que se pose el pajarito azul que no deja leer...
Y pienso yo (que a veces lo hago)... ¿no será que el doctor Aguado tenía miedo al pájaro azul y decidió no leer más libros de Laura?
¡Creo que me merezco un hueso!
Un besito, Lucrecia.
Este es el doctor Maximiliano Bermúdez, primo de Gutiérrez y compañero de tabernas de Aguado y siempre fué el mas indeciso de los tres con las mujeres, por eso no quiso ser ginecólogo y no concretó nada con la pobre Laura, quien, desolada, se fué unos días a las playas de Saint Martin a tomar sol y encontrar algún negrito para olvidarlo...
Eliminarun beso Sbm
Hummm, vaya, entiendo... ya he escrito sobre gente como ella :-P
EliminarEra bipolar. O era gay.
ResponderEliminarNeso.
Nooo... Era médico....
Eliminarneso
feliz fin de semana LUCRE
ResponderEliminarabrazos y energías
:D
Pues si no puede leer ahora...jejej, un beso desde Murcia..
ResponderEliminaresa laura le falta criar a su mujer interna... soltarse en la conquista... ademas cómo tan tarada en esa conquista????
ResponderEliminarlos hombres son concretos, con una palabra bastaba, con la insinuacion correcta... y sin los padres encima!!!!
Una nueva versión de Penélope, pero con venganza? jajaja!!!
ResponderEliminarBesosssss y lindo finde!!!
ResponderEliminarImagine signorina que tenga muchas pacientes así?
Pobre doctor.
Creo que se dejo de apuntar su número de teléfono en la primera hoja.
Ahora deberá ir a los bares como todo Dios!
Salutti
Besos
Sicilia
Qué mareo, cuantos comentarios¡¡¡
ResponderEliminarPobrecillo Ricardo.
Besos, Lucre-CIA.