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28/10/10

Al Alba



El viento se ha colado por la ventana. El duerme. Ella no.
La madrugada la descubre con los ojos abiertos.
Ella descubre como el amanecer hace que todo llegue a su término.
El sigue durmiendo, pero ella se levanta y se asoma a la ventana.
La madrugada la saluda desde los tejados de las casas.
El entonces se despierta.
El sol ha inundado su cuarto.
La busca pero no la encuentra.
La madrugada se la ha llevado...

25/10/10

El Consumismo


Hace unos días caminando por el parque del Oeste, para disfrutar de los "sonidos de la naturaleza" y esquivando botellas de cerveza y otras cosas, encontré a una niña de pocos años llorándole a su madre porque no le habia comprado el nuevo videojuego de moda.
Llorando como no he visto llorar en un funeral,  por no poder tener un vicio comeneuronas y destroza dedos. Es irónico que miles de niños sepan el nombre de decenas de estos juegos y desconozcan palabras como solidaridad, ayuda o amistad.

Muchos niños acaban por confundir el mundo virtual de los videojuegos con el mundo real.
Pero no es culpa de esa pequeña niña rubia. En esta sociedad, llena de revistas de famosos, de programas telebasura a horas en las que los niños aún ven la tele, de publicidad en carteles y farolas, se conduce a los niños como autómatas al mayor Dios que la tierra haya conocido: el consumismo.
  
Un escritor dijo:  "Nadie puede escaparse si todo es una prisión", y es una gran definición de consumismo: no podemos escapar porque estamos rodeados por él.
¿Acaso somos libres o somos esclavos? El esclavo no pregunta, no opina.
El esclavo obedece, y como mucho repite consignas y cuando pregunta es para clarificar una orden que no ha comprendido y debe ejecutar.
Pero la persona libre, pregunta, duda y expresa su duda, critíca con sabiduría y medida, enseña y corrige, se opone con criterio y admite con humanidad.
El hombre libre es el amo de sus palabras, en tanto que el esclavo lo es de su boca. ¿acaso somos esclavos?
Dejemos nuestras posesiones terrenales; polvo somos y en polvo nos convertiremos, venimos sin nada y sin nada nos iremos.
Huyamos de este mundo prefabricado que nos intentan meter por nuestros sentidos y dejemos a nuestra alma ser libre.

22/10/10

Pared de Cristal



A partir de hoy voy a separarme de ti a través de una pared de cristal.
Espero que resista. Ni hablar de que trataré de construirla sin puertas.

¿Porqué de cristal? Las razones van desde lo coherente a lo más incoherente, abarcando todas las gamas intermedias posibles e imposibles. 

No todo es racional como quisiera. Es imposible pretender abarcar el subconsciente además de mi nivel de razonamiento.
El cristal me permite mantener distancia. La suficiente como para que no me alcances con palabras ni con tu piel. A la vez, me permite ver una sonrisa dulce, tus ojos, y percibir estados de ánimo. Luego veré cuales quiero que me alcancen.
El cristal permite aislamiento sin ser resistente en demasía.

Una sola cosa es clara: tengo miedo por ambos. Debo sentir miedo por mí en primer lugar, creo estar en una posición demasiado vulnerable.  Por ti también, ya que creo percibir que buscas estar en una multitud para eludir la soledad.

De ahí la importancia del cristal.

Permite ver sin desnudar el alma.

20/10/10

La Perversa



Ella caminaba decidida hacia el departamento de Martín.
No iba a esperar que la invitara dos veces.
La promesa de una cena a solas la tenía pensando en el postre.
Tocó la puerta al llegar. El le abríó y la miró sorprendido. Había llegado muy pronto.
Estaba radiante y seductora con su minifalda negra.
En la oficina se decía que era hermosa pero perversa.
Se acercó para besarla. Ella lo dejó hacer.
Este es mi hogar. Aquí leo, escribo y amo, le dijo.
La miró a los ojos para ver el efecto de sus palabras.


Se sentaron en el sillón. Le ofreció un vaso de vino y comenzaron a hablar de temas triviales de la oficina. Una suave música se escuchaba. Martín estaba excitado.
De pronto comenzó a acariciarla y besarla. Posó su mano sobre sus piernas, levantándole la pollera. Pero ella le retiró la mano. Sólo lo saboreó besándolo lenta e intensamente, con la pasión de una virgen, lo acarició con la ternura de una hermana, lo escuchó con la atención de la amante de toda una vida...


De pronto se levantó, quedó un instante pensativa, acomodó su blusa roja y su pollera, giró hacia la puerta y se fué sin decir adiós.
Martín la miró en silencio sin comprender.
Se detuvo ante la mesa servida y pensó:


"Dios nos envía los alimentos y el demonio las visitas..."

18/10/10

Sensaciones




Estás en la cama, tranquila, relajada, pensando…
De repente, una sensación hormiguea traviesa por algunas partes de tu cuerpo… 
Esa sensación viene y se va inconstante.
Al principio quieres resistirte, pero luego te relajas y te preparas.

Pronto vuelves a sentir como tu… parte se siente estimulada y con cosquilleos. 
Tu mano toca esa parte de tu cuerpo y te das cuenta de que en cualquier momento va a ocurrir…
Tu cuerpo se tensa, tu columna se arquea, todos los músculos de tu cuerpo están endurecidos, los ojos se te cierran y...

Solo dura unos segundos, pero son maravillosos, todo tu cuerpo se queda laxo y relajado.


Es fantástico cuando... Estornudas !!

15/10/10

Los Rehenes



Nadie mira a nadie. Nadie habla con nadie. Nadie toca a nadie. Sólo silencio.
Tensión. Miradas perdidas.
No pueden salir, las paredes son su cárcel, las ventanas cerradas con llave.
El miedo, el nerviosismo se apodera de todos los rehenes. 
Alguno se muerde las uñas, otro lagrimea, los más atrevidos cogen el teléfono e intentan comunicarse.
Así van transcurriendo las horas, los minutos, los segundos... qué eternidad!
La incertidumbre de no saber cuando podrán ser libres.
Y entonces el raptor anuncia que en breve podrán ir a sus casas, pero que mañana tienen que volver a su cautiverio. 
No más de quince minutos y todos recogen sus cosas con rapidez.
Con sonrisas en la cara se les oye comentar:
¡Por fin otro día de trabajo ha terminado!

13/10/10

La Verdad



Me trajo un recorte de una revista para amas de casa.
Me lo dió con prisa. Leí:


"Según los filósofos clásicos, la Verdad última de todas las cosas se encuentra dentro del alma de cada uno".


-¿Es verdad?-,  preguntó.


Miré a sus ojos, y vi sinceridad y tristeza, mezcladas e infinitas.
Me fuí, dando una excusa trivial o el nombre de un libro.


No me atreví a decirle que la Verdad , como la felicidad,  no existe como tal, que la encontramos a trocitos, escondida entre las virutas de días ya muertos.

11/10/10

Paro Cardíaco



¡Paro cardíaco! ¡Atención, emergencia cardíaca!. Apliquen masaje cardíaco externo mientras yo lo entubo.
- ¡Vamos, vamos!, tenemos poco tiempo...


La voz del médico era enérgica, no denotaba ansiedad, por el contrario trasmitía seguridad y calmaba los nervios de sus ayudantes.
Se veía de lejos que sabía lo que estaba haciendo. Quizás él llevaba la procesión por dentro, pero eso se paga más tarde, cuando se está en otra década de la vida, donde la sumatoria del stress desemboca en derrames cerebrales, paros cardíacos, infartos, etc., pero hoy es un médico joven, especializado en casos agudos, bien preparado y exigente, cumpliendo la misión para la que se ha estado entrenando varios años y respetando el antiguo juramento hipocrático, aún sea a costa de su propia salud.


- - - - - - - - - -


- ¡Ha vuelto, ha vuelto, lo logramos! - la voz ahora denota cansancio.


Luego, siempre atento al registro del aparato, da órdenes al personal, constata que el trazo de la frecuencia cardiaca muestra normalidad, indica que retiren el respirador y la cánula traqueal. Descansa.


El rostro del joven médico está sudoroso y algo enrojecido, pero en su mirada se puede ver la satisfacción del deber cumplido, algo propio de los seres humanos, ese deseo básico de sabernos útiles.
Con gran tranquilidad pese a todos los momentos de angustia recientemente vividos, se quita la túnica empapada, acepta una toalla y se seca la frente. Luego se vuelve, mira a su paciente todavía pálido, pero ya sin ese tinte azulado de los momentos mas graves.
Entonces se retira, dejándolo rodeado por el enjambre en que se convierte el personal de la salud haciendo sus procedimientos.


Luego, aplomado, después de colocarse prolijamente la parte superior del uniforme, avanza hacia una sala donde fuma y bebe café un hombre de mediana edad, que lo está esperando. Ya le ha preparado otra taza de café para él. Entra decidido, se cuadra, hace el saludo militar mirando hacia el frente y trasmite:


- Mi Coronel, hemos estabilizado al sujeto, si usted lo dispone,  ya se puede continuar con el interrogatorio.

9/10/10

La Frontera


A veces quisiera
renunciar a esta libertad,
perderme en la frontera
de tu soledad.
Estar en algún punto,
esperar que cruces
la barrera,
me vengas a buscar.


Mírame!
a veces me canso
de ser libre también,
miro al norte y al sur,
subo montañas,
me deslizo sobre el mar,
otras, descanso en tu portal.

En el atardecer
me siento en el banco de la plaza
que está frente a tu ventana,
en mi interior una voz murmura,
Asómate!...cruza la oscuridad,
atrévete!... un paso más.


* * * * * * * * * *
(in collaboration with Marisa B.)

7/10/10

Ajedrez


La vida es como un tablero de ajedrez.
Los cuadros blancos son el día, los negros son la noche.
En este juego de guerra sólo ganan los que más habilidades y de estrategias dispongan.
El número de diferentes partidas que pueden jugarse excede el número de átomos en el universo.
Es un tablero con 64 oportunidades donde unos viven y otros sobreviven y estos a veces no se enteran que perdieron.

1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.Cf3 b6 4.g3 Aa6 5.b3 Ab4+ 6.Ad2 Ae7 7.Ag2 d5 8.cxd5 exd5 9.0-0 0-0 10.Cc3 Ab7 11.Af4 Ca6 12.Ce5 Te8 13.Tc1 h6 14.Cb5 Af8 15.Cc6 Dd7

5/10/10

Pintemos



Pintemos este mundo gris.
Pintémoslo de irisada alegría.
Pintemos nuestro mundo de purpurinas.
Que renazcan rayos al caer la noche.
Pintemos de verde el gris de las ciudades.
Pintémosla de hoja tierna, de rocío, de amable sonrisa.
Pintémoslo amablemente, que en el trazo divisemos los caminos, y al final seamos pintores del mundo.
Cada uno del suyo y un poco del de los demás.

1/10/10

El Ascensor



El ascensor de mi anterior casa era pequeño y estrecho.
Tardaba una eternidad en abrir sus puertas.
En los larguísimos instantes que duraba el estar ahí quieta, de pie, tenías tiempo para pensar en asesinos, ladrones, violadores o vecinos agresivos que podrían estar aguardando tu salida para atacarte.

Pero las puertas finalmente se abrían.

No había nunca nada.

Era decepcionante...