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30/7/12

ilusión



A causa de la escasa luz lunar, que todo lo distancia y vuelve
irreal, Pilar, al ver la figura alada posada aquella noche en la cornisa
de la ventana, lo primero que pensó, era que un ángel venía a ella.
......
Mas tarde, ya calmada y procurando mirar con atención, se dió cuenta de que el difuso brillo lunar, sólo iluminaba su alma que huía...

26/7/12

pablito y la pared



Pablito hablaba con la pared, quejándose de que los niños lo golpean.
-Les quise dar la mano y me pegaron en la mano, le dijo.
-Toda la gente es buena en el fondo y actúa mal por ignorancia o por miedo,
le contesta la pared.
-Tal vez si tú te abrieras más en lugar de andar siempre buscando los rincones oscuros para ocultarte de ellos, te llegarían a conocer...
 -¿Por qué no intentas sonreír un poco?,
-Muéstrales que no eres diferente de ellos, le dijo la pared en tono amable.
Pablito se puso a pensar y quiso sonreír.
-Eso, sonríe, puedes hacerlo mejor. 
-Sube un poco más la boca a la derecha, más, más, ahora un poco más a la izquierda,
más, eso es.
-Enseña esos dientes, bien, ya casi lo tienes, enséñalos, ahora ve, que vean tu sonrisa...
........


Pablito regresa, sigue sonriendo.
-Bien, ¿cómo te ha?... oye:  ¿te sacaste un diente?, preguntó la pared.
-No,  contestó Pablito...

24/7/12

vida sana


Ernesto un día nació.
No bebió.
No fumó.
No se casó.
No folló.
No se tatuó.
No se drogó.
Un día trotó y murió.

20/7/12

venganza


Al final de la calle, un policía hace sonar su silbato cada vez que alguien estaciona su coche donde está prohibido.
Mas arriba, en el balcón del cuarto piso,  Marina se quita un pelo de su gata blanca adherido a su falda celeste y lo arroja en dirección al policía.
El pelo de su gata blanca vuela hacia cualquier otro lado, llevado por la corriente de aire.
A Marina casi no le importa, porque su venganza es simbólica.
Las probabilidades de que ese pelo de su gata blanca, dentro de diez minutos o cinco días o dos meses, acabe justo sobre la gorra del policía, son inciertas...
No obstante,  Marina cierra los ojos y desea con fuerza que el pelo blanco llegue a destino.
El policía estornuda. Mira hacia arriba como si presintiera algo. 
Marina suspira aliviada...

16/7/12

intercambio


Sentado sobre una silla con una pata que cojea y se balancea de un lado a otro, se encuentra Manuel, apoyando sus brazos sobre una mesa cubierta de polvo. Observa el vaso medio vacío de vino tinto, lo bebe como si se tratase de un buen catador de vinos, da un sorbo, manteniéndolo unos segundos en su boca saboreándolo antes de deslizarlo por su garganta. Ahueca sus labios, tratando de dar la apariencia de calcular la calidad de la cepa, pero en realidad se trata de un vino barato.
El intento de aparentar la imagen falsa de un hombre de clase, lo lleva a realizar esa ridiculez de rito al beber un vaso de vino tinto.
Su mirada se pierde al observar a su entorno, al ver como se desenvuelve al compás de la música de risotadas y murmullos, cuya fragancia de licor es la típica esencia de este lugar.
Manuel alza su mano, palpando con su mirada a la mujer que está tras la barra. Ella se acerca con su rostro maquillado exageradamente, vistiendo una camisa blanca ajustada y una minifalda negra que realza sus blancas piernas, que parecen danzar a cada paso que da, al vez que sus robustos pechos se agitan al caminar.
Sujetando sus labios rojos como los pétalos pintados en la puerta de la cantina, lo observa esperando a que suelte palabra alguna de su boca.
Manuel ya un poco atontado, agita la mano, señalando a la mujer, que se acerque  para hablarle al oído. Balbuceando levemente con su rostro enrojecido, le pide un cenicero y fósforos.
Vuelve la mujer con un cenicero en su mano izquierda, colocándolo con indiferencia sobre la mesa donde él apoya su codo, sonriendo. Coloca un cigarrillo entre sus labios y la mujer enciende un fósforo acercándolo al fumador.
Al cabo de dos horas, todo gira al interior de la cabeza de Manuel. Su mirada sin norte se adormece. Tiene la sensación de que la silla se tambalea como bailando al compás de los “salud” y el sonido de los vasos estrellándose.
Mientras que la fragancia de tinto alberga en sus fauces a hombres agotados, que brindan con alegrías pasajeras, otros dormitan apoyando sus cabezas adoloridas sobre la mesa.
Murmullos y carcajadas es como música para estos borrachos que jamás confesarán que son bebedores si no que solamente son probadores de alcohol y a mucha honra.
...........
Manuel va introduciendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. Sólo encuentra un agujero en el que cabe un dedo.  Mientras observa su mano izquierda, se despoja de un hermoso anillo dorado. Vuelve a alzar su mano para llamar a la mujer de exuberantes piernas y  grandes pechos, que magnetiza las miradas de todos los hombres postrados en las sillas.
Ella se acerca, lo mira, coge el anillo, sonríe y se sienta junto a él...
..........


(in collaboration with Marisa G.)

12/7/12

a cualquier lugar



Tomemos un tren a "no sé donde". No importa, a cualquier lugar, a la nada... 
Donde ni los susurros existen, donde se llena de mímica, de miradas, de sonrisas y de colores.
Cada quien por su camino allá, ni arriba, ni abajo, ni norte, ni sur.
Días, meses, son nada allá... y si quieres,  puedes morir ahora.
Y si te aburre tanto cambio constante... de vuelta al todo, de vuelta a la rutina. 
El tren se llena de agua. Nademos en el trayecto, todo el trayecto y juguemos en las emociones como niños. En un mundo de muchos colores, de sonidos, de lágrimas huecas, de cucharas deformes, de "yo me cambio y tu también", de "yo me río y tu te ríes".
Tomemos el tren a "no sé donde"...

9/7/12

sangre en las manos


La tapa de la botella de cerveza , estaba tan firmemente enroscada que, al intentar abrirla, Santiago se lastimó el dedo.
Miró su mano. Los dedos estaban amoratados. Intentó otra vez con mas fuerza.
No tuvo éxito y para peor, un chorro de sangre salió disparado desde la uña.
Aturdido, se sentó sobre el sofá.  La sangre salía con fuerza de la punta del dedo, cubriendo su mano derecha.
Buscó alguna gasa o venda para cubrir el dedo. No encontró nada. Utilizó un pañuelo que casualmente estaba debajo de una almohada.
Pronto el pañuelo se llenó de sangre. Mientras miraba el pañuelo, le vino a la mente un recuerdo de la escuela. En un recreo, Silvina "la bruja" rodeada de otras niñas, estaba contando que para detener la pérdida de sangre, se debía escupir la herida y decir tres "palabras mágicas", agregando que si las palabras mágicas no eran las correctas, te podrías quedar sin sangre y morir...
Su nerviosismo y desánimo aumentaban y descartó la idea de escupir la herida, ni tampoco recordaba las "palabras mágicas" de Silvina...
En el piso el charco de sangre seguía creciendo. Con su otra mano cogió un trapo y empezó a limpiar la sangre. Al rato desistió, se sentó en el suelo y se miró el dedo.
Aún salía sangre, pero en menor cantidad.
Al principio este hecho le produjo un alivio temporal, pero un minuto después, otra idea le asaltó en la mente. ¿Y si se estuviera quedando sin sangre?... 
Esa probabilidad lo atormentó.
Miraba con angustia su mano, cuando de pronto... se despertó.
Sudoroso y temblando. se levantó de la cama y fué de prisa hasta el refrigerador.
La botella de cerveza , impávida, estaba donde la había dejado la noche anterior, esperando ser bebida.
Esbozando una relajada sonrisa, Santiago la cogió con su mano derecha, abrió con facilidad la tapa, pero cuando fué a beberla, quedó paralizado por el terror.
La botella contenía solo sangre...

6/7/12

las mujeres de fernando



A los diecinueve años, Fernando tuvo su primera novia. Pero no había pasión.
Decidió que necesitaba una novia apasionada y con alegría de vivir.
En la universidad tuvo una relación con una mujer apasionada, pero era demasiado emocional. Todo era urgente y lo dramatizaba. Por cualquier motivo lloraba.
Entonces decidió que lo ideal para él era una mujer estable.
Cuando tuvo veintiséis encontró una mujer muy estable, pero aburrida.
Era totalmente predecible y nunca la excitaba nada.
Se convenció que lo haría feliz una mujer más excitante y vital.
A los veintinueve conoció una mujer excitante, pero no pudo seguir su ritmo. Iba de un lado a otro sin detenerse en nada. Hacía cosas impetuosas y coqueteaba con sus amigos.
Al comienzo fué divertido y energizante, pero sin futuro. Lo hizo tan miserable como feliz.
Entonces se propuso buscar una mujer con alguna ambición.
Cuando llegó a los treinta y dos, encontró una mujer inteligente, ambiciosa y con los pies sobre la tierra.  Y decidió casarse...
Era tan ambiciosa que a los tres años de casados, le pidió el divorcio y se quedó con todo su dinero y el piso.
A Fernando le costó mucho superarlo, y pasó unos años solo y sin mujeres.
Ahora, a los cuarenta y dos, le gustan las mujeres con tetas grandes...


2/7/12

fantasmas




Hacía tiempo que Marisa quería visitar el Museo del Prado y las salas dedicadas a la pintura española medieval y renacentista. Por fin, la semana pasada se decidió.
Demoró un tiempo admirando unas pinturas de Velázquez y luego por error entró en un oscuro corredor lateral donde había algunos cuadros.
Marisa siente un ligero escalofrío y se encuentra con una mujer con un vestido largo rojo y negro, como una reina y que deambulaba sola por el lugar.
........
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?, le dice la mujer.
-Yo no creo, dijo Marisa sorprendida.  ¿Y usted?...
-Yo sí, dijo la mujer, y atravesando la pared, desapareció...
........
Marisa aún sigue dudando, si la mujer que le habló, era Juana la Loca o Catalina de Aragón...