Marisa ha vuelto de las vacaciones y no puede descansar.
Ha llegado a la conclusión de que los vecinos del piso de arriba, cuando salen, siempre
dejan a su feo perro encerrado en la cocina.
El perro pasa horas tratando de cavar una salida por debajo de la puerta.
Puede oírlo desde la habitación.
Las pezuñas que atacan las baldosas suenan frenéticas como granizo desesperado,
como un percusionista paranoico, como un antropólogo incrédulo que ha descubierto
una nueva tumba egipcia.
Marisa espera ansiosa el regreso de sus dueños, antes de que el perro o el faraón
caigan sobre su cabeza...
........
Carlos ha invitado a Javier a comer en su casa.
Mientras comen, el perro de Carlos se pone a gruñir y mira amenazante a Javier.
-¿Qué le pasa al perro?..., pregunta Javier asustado.
-¡Jolín, Javier! No le hagas caso, le responde Carlos.
Está celoso porque te he dado de comer en su plato...
Carlos ha invitado a Javier a comer en su casa.
Mientras comen, el perro de Carlos se pone a gruñir y mira amenazante a Javier.
-¿Qué le pasa al perro?..., pregunta Javier asustado.
-¡Jolín, Javier! No le hagas caso, le responde Carlos.
Está celoso porque te he dado de comer en su plato...