-Carta!- pidió.
Necesitaba un uno, pero con medio ya habría bastado. Le salió un tres, insuficiente en ocasiones, excesivo para el momento.
-Paso!- exclamó.
El otro se rió complacido.
-Has perdido Dios, te toca ser el Bien-.
Dios permaneció unos instantes sentado ante la mesa de juego contemplando cómo el Diablo se alejaba.
Trató de contenerse, pero no pudo.
Las entrañas se le retorcían reclamando la venganza más visceral.
Había perdido la partida.
Aquel día creó el Mundo, como quien caga duro.
A lo lejos alguien, con cierta perplejidad pero con un dejo de ironía, gritó:
-¿Pero, no era yo el Mal?-
Pues no se esmeró mucho creándonos.
ResponderEliminarBesos.
estoy con Toro, hay mucho que desear.....
ResponderEliminarY yo sigo esperando la dama de corazones para tener la mano de "color".
ResponderEliminarSaludos.
Pobre.
ResponderEliminar¡BSSSS!
Dios creó un Mundo de perfecta armonía.
ResponderEliminarNosotros lo transformamos en un Mundo de perfecta discordia... ;-)
Abrazo a tod@s
No estoy precisamente en mi estado más devoto hacía la religión, pero quien sea que nos halla creado no tuvo la culpa de tal catarsis. Como bien decís, fuimos nosotros los culpables.
ResponderEliminarBesos, Lucrecia!
Tú comentario es exactamente lo que pienso.
ResponderEliminarPERFECTO?
...pero algo de culpa tendrá no?.
Besos para ti.
mar
No es por echarle la culpa de todos nuestros males, pero podia haberse esmerado un poco, vaya, muy bien no lo hizo. Un saludo
ResponderEliminarFlor S*:
ResponderEliminarEl no tiene ninguna culpa. La culpa es toda nuestra... ;-)
besos
Mar*:
Nada de culpa tiene. Creó un mundo perfecto, ideal y armónico.
Nosotros, los humanos, lo convertimos en imperfecto... ;-)
un beso
Marian*:
El se esmeró y lo hizo muy bien. Nosotros cambiamos las reglas y el equilibrio de la naturaleza...
saludos