-Lo maté porque estaba harta de que me mientan...
-Aunque... en realidad no sé por qué lo maté.
-Ahora que lo pienso me daba lo mismo si él vivía o no. Pero pensé y pensé. Y cuando a una le dan mucho tiempo para pensar, le sale lo peor.
Cuando cerraron la puerta, Clara se encontró sola, aturdida, pensando que tendría que matarlo pero que no sabía cómo. Estaba transpirada. Se secó la cara con su pañuelo.
-No estoy loca. Mi única locura fué esperar tantos años. Pero no me arrepiento.
-Hice lo que tenía que hacer. Lo maté así porque debía tener una muerte con sufrimiento.
-Yo le avisé, pero él igual me siguió mintiendo.
-Espero que otros hombres se enteren de lo que yo hice, para que vayan aprendiendo.
-Después que lo maté me di cuenta de que había sido injusta.
-No podía matarlo y dejar a mi primo vivo.
Al final, él que me hizo casar fue él.
-Es mi mejor amigo... el hombre ideal para tí... me dijo.
-Me robaron el destino que me tocaba. Yo merecía otra cosa.
-He sido una víctima. Soy culpable, pero de algún modo, también inocente.
-Ahora, estamos todos a mano...
No será autobiográfico verdad?
ResponderEliminar:P
Besos.
¡Ay hija! Recuerda los diez mandamientos de la Ley de Dios. Hay uno que dice: "No matarás".
ResponderEliminarDespués pasa lo que pasa, que si los remordimientos, que hay quepasar cuentas con la justicia terrena y la divina...
El título es bueno.
ResponderEliminarTodos somos culpables de culpar a los demás de lo malo que nos sucede. Se nos olvida que somos libres y tenemos en nuestra mano la decisión de elegir los caminos.
Un abrazo.
gracias por pasar y comentar...mas que interesantes tus post...si gustas enlazamos ambos blogs, beso grande!!!!!!!
ResponderEliminarYo le avisé, pero él igual me siguió mintiendo.
ResponderEliminar¿Me prestas la pistola?
tengo mucho trabajo!!!
Muy buen post Lucrecia, me impresionas.
Besos para ti con mucho cariño.
mar
Toro Salvaje*:
ResponderEliminarNo es autobiográfico.
Pero yo hubiera hecho lo mismo !
Besos
Sor Joroña*:
Hermana: el quinto mandamiento dice: "No matarás", pero el octavo dice:
"No dirás falso testimonio ni mentirás". Y Clara se cansó de que le mientan tanto y omitió el quinto mandamiento. Pero luego se arrepintió y confesó. Quizás Dios la perdone...
Un saludo
Torcuato*:
Clara tomó su decisión. Equivocada o no pero un camino tomó.
Un abrazo
Geraldine*:
Gracias por tu comentarios.
Si quieres enlazamos nuestros blogs.
Un beso
Mar*:
Clara ya estaba muy cansada de las continuas mentiras. Tenía que terminar (bien o mal) esa relación. Y la terminó a su manera...
Besos
Expeditiva. Tenía que terminar esa relación y la terminó... No sé si compensa no recurrir a las otras vías existentes para disolver una relación...
ResponderEliminarAy, cuando te pones Lucrecia Borgia asustas.
;-)
Besos
No, no me arrepiento...Volvería a hacerlo, ¡Son los celos!
ResponderEliminarBesos aéreos.
Alís*:
ResponderEliminarSí. Cuando hay que terminar algo, se termina. No hay términos medios.
Solo existe el final.
Besos
Carlos Fox*:
Has visto?. Hasta en Alaska suceden estas cosas... ;-)
Un beso aéreo
Somos libres de elegir el camino que más nos plazca. Y al hacerlo, deberíamos pensar también en las consecuencias, pero a veces se nos olvida o lo pasamos por alto o lo ignoramos, porque elegimos pensar que vivimos cuentos de hadas.
ResponderEliminarVaya, me he puesto filosófica :).
Espero que Clara sobreviva al arrepentimiento.
Raymunde*:
ResponderEliminarA Clara le mintieron demasiado. No se puso a medir las consecuencias, pues no era un cuento de hadas, era una triste realidad y tomó su decisión.
Un abrazo