Juan, encandilado por la belleza de Rocío, dejó de lado los prejuicios y se abalanzó sobre su mejilla, dándole un sonoro beso.
Ella, con los ojos atónitos, el ceño fruncido y sin dudar un instante, le aplicó una sonora bofetada de cada lado. Universal y emocionante.
Jamás la había visto.
Jamás la volvió a ver.
Vaya con Rocío.
ResponderEliminarTiene la mano suelta...
Besos.
A veces hay que arriesgarse a recibir una bofetada.
ResponderEliminarUn beso ( no me pegues en la cabeza, que estoy estudiando, porfa !! )
jajajaja y en el fondo no le habrá gustado el beso?
ResponderEliminarjaja, que bueno!
Besos y más besos.
mar
un poquito esaboria Rocio, un beso así en la mejilla no deber ser causa para tanta violencia...
ResponderEliminarJuan tendrá que contener sus impulsos y la próxima vez lo pensará dos veces antes de besar a una desconocida por la calle...;-)
ResponderEliminarjajajajajajajaj
ResponderEliminarTal vez, Juan siga besando en la calle, hasta que le resulte...
jajajajaja, que buena entrada
Besitos en el alma, Scarlet2807
Scarlet2807:
ResponderEliminarSeguramente Juan seguirá besando en la calle, hasta que por fin, reciba otro beso... ;-)
Gracias por tu visita.
besos
Mala, eso es ...
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