Cuando el foso negro lo atrapó, Manolo comprendió lo que siente una pelusa atrapada
por la aspiradora. Estaba en órbita, solo en su pequeña cápsula. El objetivo era probar instrumental y equipo.
El Comando Espacial de su Región, estaba dando sus primeros pasos en el Cosmos.
Una misión rutinaria que de pronto, cruza la barrera del tiempo y el espacio.
Sin aviso previo, una fuerza comenzó a jalar de la cápsula. Lo único que pudo distinguir, fue una distorsión sobre el fondo de las estrellas. Fue todo muy rápido y apenas si tuvo tiempo de preocuparse.
Nunca había consumido drogas alucinógenas, pero una vez dentro del hoyo, todo se deformó y los colores cambiaron su tonalidad sin explicación.
Manolo estaba desorientado. No sabía si estaba cerca o a millones de años luz de la Tierra. Era casi un náufrago espacial. -Nadie vendrá por mi, pensó apesadumbrado.
Había pasado mas de una hora y el envión lo empujó en dirección a un planeta desconocido. No se parecía a la Tierra. Por las dudas, se aferró al comunicador, y envió un mensaje de identificación. Pero nadie le contesta.
Dos horas y media después de su salida del foso espacial, la cápsula entra en una órbita decreciente.
Manolo agradece por el entrenamiento recibido. Siendo inevitable su descenso, logra maniobrar para evitar caer en un mar. Se posa en un valle y sale de la cápsula.
Ni siquiera se preocupa en comprobar si la atmósfera es respirable o la temperatura aceptable. ¿Para qué?... Morir asfixiado en la cápsula o afuera le daba igual.
De detrás de unas rocas y en medio de una espesa bruma, se le acerca un extraño ser, armado con una lanza corta. No lo puede distinguir bien.
Es evidente que no está en su planeta. Le dirige un breve saludo con la mano.
El ser le contesta y repite una palabra que Manolo no comprende, tocándose el pecho.
Debe ser su nombre, piensa Manolo. Se acerca mas y se quita la escafandra para oir mejor. Y entonces entiende al extraño que dice: "Ola amigo!... Benvido ao planeta Saurius!, quita o traxe espacial, lávate as mans e ven a comer connosco un exquisito polbo á feira e un lacón con grelos e un viño branco de Albariño..."
Manolo, sorprendido y absorto, sonríe feliz. Ahora entiende todo. Durante el transcurso de su largo viaje, el Comando Espacial Gallego ha colonizado el planeta Saurius.
Manolo deja escapar una lágrima. Tan lejos de su tierra y ha encontrado hermanos y amigos...
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☮
Amor y Paz
Adoro los finales felices, ya me estaba preocupando por Manolo!
ResponderEliminarBesos
Feliz Navidad! (Según Maduro)
¿Llegó la Navidad?... ¡nadie me avisó! y yo sin comprar pan dulce...
Eliminarbesos
El Manola ha tenido suerte aunque, seguramente, hubiera preferido que lo recibieran con unos santiaguiños y unas cuantas nécoras. El Albariño está bien.
EliminarManolo tiene que estar agradecido. En el espacio exterior los alimentos son escasos y no se pueden exigir exquisiteces gallegas...
EliminarYa no sé si comentarte porque no sé si me censurarás o no el comentario.
ResponderEliminarTe está haciendo muy mayor.
¿que te pasa Xavi?, nunca te censuré nada... ni tú a mi, debe ser un error.
Eliminarbesos
Dichoso Manolo que sabe por dónde va o lo llevan en su nave. Y además aterrizar oyendo hablar en galego viene a ser como hacerlo con un piano sonando Chopin.
ResponderEliminarEsos son los misterios del Cosmos. Los viajes espaciales tienen finales impredecibles. Son imprevistos celestiales...
EliminarVivan los gallegos y los finales felices!!!
ResponderEliminarMe anexo al comentario de Viv, nada mejor que un final felizzzz
Por eso Maduro decretó la Navidad, para la felicidad suprema!!!
Pero habrá que mandarles la harina, los huevos y la leche y el gas...para hornear el pan dulce Ufffff!!!!
Besossss
Gizela, ¿que está pasando?... todos festejan la Navidad y yo estoy esperando que llegue diciembre, cambiaron los meses?... ¿cuando es Año Nuevo ahora, en noviembre?...
Eliminarbesos
Mire usted la suerte de Manolo. La verdad es que si yo me encuentro compatriotas, no ya en otro planeta, sino en un país lejano, me corto las tarlipes. Un abrazo.
ResponderEliminarplaneta Sairus
ResponderEliminary gallegos
buen final para una aventura pelusona jajaja
abrazos y buen lunes
Pues menos mal que eran gallegos en vez de catalanes que estos seguro que si no habla el idioma no le dan ni las gracias
ResponderEliminarOh, me ha encantado :) Vaya historia, vaya peripecia jiji es genial.
ResponderEliminarY siendo el Comando Espacial Gallego, me ha conquistado :D
Me quedo por aquí.
Biquiños.
Miss Carrousel.
:), por lo menos un final "feliz."
ResponderEliminarUn abrazo Lucrecia. Besos.¡
Ya que el astronauta se llame Manolo y no John o Igor, hizo que pensara que estaba ante un chiste de "gallegos", de esos que pululan en la Argentina...
ResponderEliminarPor suerte no es así, no está la mirada despectiva de los de por acá, que se creen muy "vivos", sino algo fraternal que termina en una comilona.
Besos, Lucre.
Ground control to major Tom : you really make the great.........
ResponderEliminarKisses from another world
Estos Gallegos,, son un virus!!
ResponderEliminarNunca se sabe sin van o vienen...
Baci tanti
Sicilia
Es bonito tu relato, da igual que el planeta sea desconocido.
ResponderEliminarUn beso.
¿Qué puedo decir? Sabes que hay gallegos en todo este mundo, y en otros también, claro. Pero el polbo á feira que non falte.
ResponderEliminarBicos
Yo conocía lo de hay un gallego en la luna, pero lo de la colonización de planetas enteros es un salto cualitativo muy importante. El Comando Gallego al asalto de la Vía Láctea. Pero tengo una duda: cómo bregar con la morriña sideral, tan lexos da terruña.
ResponderEliminarEste Manolo está agilipollao, qué se venga a la tierra, que va a comprender, no lo que es una pelusa, va a tener que trabar mierda por cinco tubos... pero oye... así acaba todo.
ResponderEliminarBesos hermosa
lucrecia, y porqué no con unos cosmunautas andaluces... que semos má divertios
ResponderEliminarfeliz miércoles Lucre
ResponderEliminarabrazos
Lejos de su tierra... en lugares ignotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te gusta Galicia, eh? a mi también jajaja
ResponderEliminarManolo entendió el lenguaje universal que habla y jala todo el universo: la buena comida gallega :)
un abrazo