Un aciago día, “el tuerto Pedro" murió al cruzar la calle, sin prestar atención al tránsito de esa hora en la zona.
Su larga y exitosa carrera de ladronzuelo se vió interrumpida un caluroso viernes de fines de agosto, a las 10.15 de la noche sin que mediara aviso previo, por un conductor ebrio que se desplazaba en un Ford Mercury, azul metalizado, que ocasionalmente circulaba por la calle de Fuencarral a una velocidad excesiva. El golpe lo elevó unos segundos interminables por el aire, sin que el tuerto atinase a proferir algún póstumo comentario y cayendo
aparatosamente al suelo...
La muerte sobrevino, según atestigua el parte médico redactado por el médico de turno del hospital cercano, donde fué trasladado luego del accidente, ya que trasladarlo antes hubiese sido un despropósito, y que quedó archivado en el cajón de un escritorio que ya nadie usa, por un masivo ataque al miocardio, producido casi seguramente por el susto recibido, ya que ninguna de las heridas recibidas por el tuerto era mortal.
Por lo que dedujeron que “el tuerto Pedro" murió, por uno de esos extraños designios del destino, donde una sucesión de casualidades, de por si inofensivas, se encadenaron hasta formar una causalidad que sumió al tuerto en la noche eterna.
La primera: que estuviese allí en ese preciso instante, citado por su amigo “el pulpo Ramón", a fin de festejar juntos en una taberna de vinos cercana, el haber "encontrado" en el suelo, "el pulpo", dos billetes de cien euros, que "accidentalmente" se les cayeron a un turista alemán en la Puerta del Sol. (suceso afortunado que curiosamente, ya había vivido "el pulpo" la semana anterior, en el mismo lugar, pero esa vez, con un turista italiano).
La segunda: que el coche apareciese por su izquierda, justo del lado de su ojo enfermo lo
que le restó visión lateral.
Y la tercera y la peor: que el dueño del Ford Mercury, no hubiese podido concretar su venta esa tarde por una diferencia de treinta euros. Lo que suscitó en él una bronca descomunal en contra del fallido comprador, y que para olvidarla, se detuviera en un bar para beberse un par de cañas, que al final se convirtieron en media docena y que acabaron con su ira
y con su lucidez.
En conclusión: los que realmente mataron al tuerto Pedro, fueron la causalidad y
unos míseros “30 euros”...
como todo en esta vida, mi querida Lucrecia, casualidades.... o causalidades???
ResponderEliminarJuana, el tuerto Pedro murió de casualidad por una serie de causalidades que a finales del texto se detallan. ;-)
EliminarHubiese sido una diferencia de mil euros justificaría la falta de epitafio.
ResponderEliminarNesos.
Por treinta euros le pusieron un epitafio que dice:
EliminarAquí yace el tuerto Pedro, que siempre vivió con desmedro".
Nesos
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ResponderEliminarBond: tuve que suprimir tu comentario porque salió por triplicado y espacios y me provocó un problema en el ordenador.
Eliminar(inténtalo otra vez) :-)
Un tuerto menos...
ResponderEliminarNada preocupante.
Besos.
un ladronzuelo tuerto menos, muerto "sin previo aviso"... ;-)
Eliminarbesos
Y si hurgáramos en la historia de la muerte de cada uno, quizá nos encontraríamos con historias tan absurdas como esta...qué muerte no está precedida por una serie de hechos, fortuitos o ridículos, que nos llevan indefectiblemente a ella?
ResponderEliminarUn abrazo.
Si tendríamos una estadística de las causas de las muertes, descubriríamos con sorpresa, un gran porcentaje de ellas originadas en hechos fortuitos o "anormales".
Eliminarun abrazo
qué es la muerte??
ResponderEliminaracaso no morimos a cada respiro un poco cada vez
nacemos para morir
ciclo sin fin llamado vida
abrazo y feliz semana
La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene.
Eliminarabrazo y feliz semana para ti
Conozco gente que por 30 euros te mata o se muere. Veo que estás realista.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Hay gente que te mata por 30 euros y otras que mueren por mucho menos...
Eliminarun beso
Maravilloso tu blog
ResponderEliminarLleno de arte de palabras con música
Recomenzar: Gracias por tu visita y comentario.
Eliminarabrazo
Espero que mi comentario no es sensurado :)
ResponderEliminarVoy a tratar de explicar en pocas palabras la causa de la muerte de Pedrito:
Él murió porque tenía 6 dedos en el pie izquierdo y el dedo extra se conecta directamente a la vena coronaria, el impacto del automóvil sobre su pequeño cuerpo (1,50 metros) golpeó el dedo extra desplume él de su pie, provocando el cese inmediato su corazón!
Así, no hay nadie a quien culpar ,excepto a la naturaleza!
Les pido que por favor no te enfades conmigo,
Pero la verdad debe ser dicha, no importa quién le duele!
Bacione per te cara amica:)
Muito interessante sua explicação médica. Eu vou levar isso em conta. Quando eu publicar a segunda parte do homem de um olho, ele vai morrer de um ataque de caspa pelo susto... ;-)
Eliminarun bacio
Todo en la vida es multicausal... pero 30 euros, muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Las muertes pueden tener múltiples causas: con o sin dinero.
Eliminarun abrazo
Casi casi como tu tocayo Pedro "Navaja"...
ResponderEliminarPues sí es verdad. En cantidad de ocasiones la muerte nos llega asi de tontamente e incluso sin dinero por medio. Si creyera en el destino, le echaría la culpa de la muerte del Tuerto.
Un beso, Lucrecia
Pedro Navaja fué un maleante panameño. El tuerto es "autóctono". Los dos murieron por ironías del destino, como a mucha gente "normal" también le ocurre.
Eliminarun beso para ti
Irónico destino!!!
ResponderEliminarVaya que dieron vueltas esos treinta euros,amarrando casualidades para terminar con el pobre tuerto Pedro!!!
Pero treinta o doscientos,al inicio o al final... que el euro, siempre tiene la culpa jajaja!!!
Buena historia Lucrecia jajaja!!!
Besossss y buena semana!!
La cantidad de dinero no era el determinante de su muerte, sino la suma de causales irónicos y fortuitos que la produjeron...
EliminarBesos y feliz semana para ti
asi és la vida, tan absurda cuanto la muerte!!!!!
ResponderEliminary tu eres SUPER!!!
besos