la enfermera asesina

Ricardo oyó pasos en la sala. Giró la cabeza y la vió. Cuando quiso gritar por ayuda, la mujer vestida de blanco y sin identificación, le cubrió la boca y le clavó una jeringa en el cuello.
De pronto comenzó a sentir un dolor inmenso en la cabeza.
La jeringa le trajo los recuerdos faltantes de la noche del viernes y entonces todo se volvió negro.
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El guardia de la planta escuchó un ruido extraño y ahogado. Se acercó a la puerta lentamente. La abrió con sigilo, pero ello no impidiò que la bala, veloz y sin piedad, atravesara su corazón.
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-¡Hostia!, exclamó la enfermera asesina, después de todo, ha sido un día bien aprovechado.
-Maté dos pájaros de un tiro...

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Un señor se quema la boca y por supuesto, no puede comer. 

Está internado con suero y comienza a hacer señas, desesperado.

La enfermera le da papel y lápiz.  El señor anota: "tengo hambre”.
Se realiza una Junta Médica inmediata: “¿Qué hacemos?”...

Dudas y discusiones. No llegan a un acuerdo.

Y entonces, la enfermera dice:
-¿Y si le damos un enema de café con leche?.
Mas dudas y discusiones...  por fin, deciden darle la enema nomás...

En plena ejecución, el enfermo hace señas.
Le dan papel y lápiz y anota:

 "Le falta azúcar"...