Pintaba media pared, preparaba la comida, leía el periódico que estaba por el suelo...
Su vida era bastante desordenada y rutinaria.
Abrió el refrigerador y se le cayó un huevo.
La yema amarilla lejos de reconciliar su desorden habitual, profundizó el caos.
Entonces, cansado de llegar siempre tarde, de no poder entender las causas de sus múltiples desastres hogareños, cansado de no ser, sino de estar perdiéndose a sí mismo, decidió no comenzar mas una tarea sin haber terminado la anterior.
No lo dudó un instante más. Fué hasta la tienda cercana y se compró un reloj de pared.
Luego de colocarlo y con cierta felicidad interior, quedó embelesado mirando el reloj.
Y todo por un huevo, pensó...
Se compró un reloj para seguir perdiendo el tiempo...
ResponderEliminarCuando uno nace de una determinada manera ya nada lo puede cambiar,ni echándole huevos.Un beso Lucrecia.
Por lo menos sabra el tiempo que pierde, pierde? tal vez no. Un abrazo
ResponderEliminarAgora já poderia pensar em algo mais que um ovo (rss).
ResponderEliminarBjs.
Es decir que el huevo le organizó la vida!!!...Me voy a comprar por lo menos una docena je. Beso Verónica.
ResponderEliminarLo lleva en la sangre.
ResponderEliminarNada que hacer.
Besos.
al principio de leer me recordó a mi marido.... jajajjaa
ResponderEliminarlos hay que no tienen remedio.....
Creo igual que Boson, un reloj no soluciona nada
ResponderEliminarBesitos en el alma, Luca
Scarlet2807
Eso no lo arregla con el reloj... Lo lleva de serie.
ResponderEliminarUn abrazo!
a mi me pasò algo parecido pero creo pior se me cayo el huevo debajo del refrigerador, y con dolor tremendo en la espalda, finalmente despuès de mucho tiempo pude limpiar el huevo que se habia quebrado todo! y no hay nadie en la casa para poder mover el refri....
ResponderEliminarvejez ès una desgracia:)))
besos
El desorden no se ordena con un huevo o un reloj. El desorden se ordena disciplinando la mente y la inteligencia.
ResponderEliminarabrazo a tod@s