Lo siento, Marisa. La vejiga de un hombre tiene un límite. Adiós.
-¡No, Antonio! ¡Nooo!...
Antonio echó a andar...
Ella se quedó atrás, llorando, gritando, tirada en el suelo.
Mientras tanto, él se acercaba más y más a la puerta del baño...
Epigramas, minicuentos, garabatos, fantasías, exabruptos y desvaríos.
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esto ocurre mucho cuando vas de discoteca.... desde luego muy orininales las puertas de los baños....
ResponderEliminarUna tregedia orínica (que no onírica).
ResponderEliminarBesos.
Cuanod tengo una de ésas urgencias suelo decir a mis amigos: "¡orinita vengo!"
ResponderEliminarUn beso
Hay hombres bien meones!!!
ResponderEliminarjaja.
Y como dice el Drac, arinita vengo.
:)
Besitos.
mar
Por lo menos en esas puertas está claro dónde te tienes que meter... conozco cada original... que te pasas un rato sin saber cuál es de las damas y cuál el de los caballeros.
ResponderEliminarUn beso majestad!