Era una margarita. Una margarita común.
Con sus pétalos, su tallo y su verde hoja.
Ella era la margarita.
Ella salió elegida por toda la comunidad de margaritas para vengar el absurdo juego que consistía en arrancar los pétalos de uno en uno pensando en el amante querido: "me quiere...no me quiere"...
Nosotras por fin arrancaremos vuestros pétalos y vuestra sangre será la muestra del amor que sentís hacia otro igual, y no la tortura hacia las frágiles margaritas.
"Me quiere...no me quiere"... Definitivamente, no es amor.
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* En memoria de todas las margaritas torturadas.
La primera vez que subí a un avión, fué cuando tenía diez años. Sería un corto vuelo entre el aeródromo y la ciudad, daríamos unas vueltas y regresábamos. El día del vuelo, un domingo, estaba muy contenta, pues era la primera vez que lo hacía y mi cabeza daba vueltas, imaginando escenas, pues desde que tengo uso de razón me encantaba mirar al cielo cuando veía pasar algún avión hasta que desaparecía de mi vista. Era un avión de mediano porte, un Beechcraft B100. Todos los que íbamos a bordo éramos familiares y amigos, pues había sido organizado por mi padre y el piloto que era un conocido suyo. Apenas subimos, y con gran excitación, me senté en el asiento que está inmediatamente detrás de la cabina.
Despegamos, tomamos rumbo, volamos unos veinte minutos. Todo normal. Cuando sin previo aviso, observé que el piloto, estaba muy transpirado y hablaba nerviosamente con su compañero. Parecía que recién había salido de la ducha, se quitó la chaqueta y quedó en camisa. Cogió los manuales del avión y nervioso cambiaba las hojas rápidamente, y hablaba todo el tiempo por el radio. Yo no entendía nada, pero percibí que algo bueno no pasaba. El copiloto tomó el mando de la nave y comenzamos a descender e hicimos un brusco giro a la izquierda. Miré a mis compañeros de viaje y estaban todos mudos y nerviosos.
Nos avisó que íbamos a aterrizar antes de tiempo, que nos ajustemos los cinturones, que había un pequeño problema. Y así lo hizo, dando el avión algunos saltos sobre la pista, hasta que se detuvo.
En un minuto habíamos descendido todos rápidamente y entonces vimos con sorpresa, que el avión, que cuando salimos era todo blanco, ahora estaba todo negro del lado izquierdo.
Mas tarde me enteré que había reventado la manguera del aceite y habíamos efectuado un aterrizaje de emergencia.
Aún sonrío cuando recuerdo mi esperado primer viaje en avión y mi primer inesperado aterrizaje de emergencia.
La naturaleza nos ayudó a encontrarnos al ofrecernos la sombra de aquél árbol.
Al brindarnos las fragancias de las flores y el trinar de los pájaros.
Tus caricias adularon mi cuerpo. Tus besos sellaron nuestro amor.
El cielo nos observó desde allá, alto y tranquilo.
El sol no quiso quedar ausente, sus rayos entibiaron mientras permanecíamos acurrucados allí en nuestro supuesto nido.
Después de haberlo matado sin escrúpulos, se sentia completa... Feliz.
El cuerpo de Lolita desnuda estaba bañado en sangre agridulce. Ella seguía ahi en ese cuarto amándose. Mientras el tío frío estaba tendido en la cama en la que tanto le gustaba jugar. Muerto.
Lolita se fué a duchar. Su cuerpo era frágil, minucioso, de una belleza simple, sencilla.
Tres o cuatro lunares en su pecho derecho, dos o tres pequeños lunares en su cara.
Ella vuelve desnuda, mira a su muerto, a su trofeo, lo mira inocentemente, lo limpia, lo arregla, lo besa.
Se recuesta a su lado y le habla de como fué su día.
El cuarto es grande, casi no hay luz, solo un par de velas y un incienso.
Se escucha un disco de jazz que al muerto tanto le gustaba.
Y ella sigue ahi, acostada con un hombre que no vive.
Lolita se levanta, lo mira, lo escupe y lo quema...
El zorro pensó en regalarle algunos besos a su esposa zorra, para que ella se los pusiera cuando quisiera.
Encontró una caja de gran tamaño, la llenó de besos y la forró con papel de regalo brillante.
Como la zorra no encontró nada en su interior, el zorro le aclaró : -son trescientos sesenta y cinco besos grandísimos e invisibles, para que cada día del año te pongas uno, mi amor-.
Entonces, la zorra fué alcanzada por Cupido, guardó el palo y la escoba con los que amenazó a su marido y sus reproches pasaron al olvido.
Ahí estaba ella, concentrada en sus asuntos. Tanto que no notó mi presencia.
Me acerqué sigilosamente, con el arma empuñada con la mano derecha.
Procedí con un gran cuidado en cada paso.
Cuando estuve cerca levanté el brazo con el arma y descargué el golpe brutal.
Su cadáver cayó ante mis pies.
Finalmente, recogí su cuerpo con la cara del matamoscas y la eché a la basura.
La semana pasada estaba en el bar del aeropuerto platicando con una señora conocida de Alitalia, quien me comenta que tiene un blog o una página web, no recuerdo bien, y me dió el nombre que comenzaba con:
"Mi Cielo Azul..." o algo parecido, pero como no tenía ningún boli para anotar, traté de memorizarlo y seguimos hablando de otras cosas.
Ayer, mientras corregía en el ordenador algunos borradores previstos para publicar en mi blog en las próximas semanas, recordé a medias el nombre del sitio web y traté de localizarlo y fué una ardua tarea sin resultado, perdiendo mucho tiempo.
No obstante, mi esfuerzo fué recompensado, ya que durante esa tarea, comenzaron a aparecer en la pantalla notificaciones gratificantes de todo tipo.
a) Mi IP había resultada favorecida con el primer premio en un sorteo de la Lotería de Uganda y había ganado un millón de dólares. (lo descarté pues no tengo tiempo ni ganas de ir a Uganda)
b) Si acertaba para que lado estaba bailando una bailarina negra, podía ganar un iPod touch. (descartado: este ejercicio me marea y ya tengo un iPod.)
c) Si acertaba cuantas veces estaba el número cinco, dentro del número 65.235.556.105, ganaba veinte mil mensajes SMS gratis. (descartado: siempre tuve problemas con las matemáticas)
d) Me llega una invitación de Gabriela, una señorita sonriente y muy sensual de 22 años, que deseaba conocerme y ser mi girlfriend. (descartada, por ahora sigo siendo heterosexual)
e) Por último, aparece una señora tarotista que me despliega las cartas del Tarot (dadas vuelta) y me invita a que elija tres. Eso sí me interesó, lo hice y salieron en ese orden, El Ermitaño, El Emperador y El Diablo. (lo del Diablo no me agradó mucho...) (ninguna salió invertida, aclaro esto porque me dijeron que si las figuras salen invertidas son malos augurios).
Para darme la interpretación de las cartas me pedía mi número de móvil y otros datos, así que hasta allí llegué. Cambié de navegador y a otra cosa. Pero quedé con las ganas de saber el significado.
Conclusión: No sé como detener esta cantidad de spams que invaden mi privacidad y debo estar permanentemente cerrando ventanas en la pantalla, mientras trabajo.
¿Hasta Cuando?
Música y gemidos se escuchaban por las ventanas del burdel.
Un hombre con cara de santo festejaba el último día de soltería con una muchacha desnuda y voluptuosa.
-¿Y cuándo te casas, "papi"?-, preguntó ella con profesional picardía.
El hombre se echó a reir.
-No me caso querida: me hago cura...
Tengo un sueño...
Noo, tengo sueño...
Un recuerdo no es imagen,
un recuerdo no es realidad,
un recuerdo no emite sonido,
un recuerdo no susurra.
Un recuerdo es infancia,
un recuerdo es alegría,
un recuerdo es amor,
un recuerdo es temor.
Un recuerdo es memoria,
un recuerdo es pasado,
un recuerdo es vida…
Vivir es construir futuros recuerdos.
Disfrutar de los recuerdos de la vida,
es vivir dos veces.
Ella era morena y tenia el pelo muy lacio, una estilizada figura y no era muy alta pero tampoco baja.
Había acabado de mudarse, solo le quedaba la caja con libros que en ese momento cargaba escaleras arriba. Miguel, muy amable, se ofreció a ayudarla y ésta no opuso objeción alguna.
Estando ya en la puerta de ella, Miguel se presentó y la invitó a su casa a tomar un chocolate caliente, poniendo como excusa las bajas temperaturas que esos días estaban sufriendo.
Susana, que hacia días que apenas había podido pasar un rato agradable con alguien a causa de la mudanza, aceptó encantada la invitación de alguien tan amable como él.
Le ofreció sentarse junto a la gran ventana de su salón.
Enseguida fué a la cocina a preparar el chocolate caliente.
-Parece que tampoco hoy dejará de llover- dijo Susana, mientras miraba por la ventana, dando la espalda a la puerta de la cocina, donde se encontraba Miguel.
Giró para decir... -Los días de lluvia... Susana no pudo terminar de completar la frase.
Un cuchillo con una hoja de 30 centímetros le atravesó el pecho y le partió el corazón.
..........
Miguel sentado junto a su ventana mira el parque. Ha salido el sol. Se pronostica un día magnífico.
Se encuentran en el vertedero local de Alcalá de Henares varias partes del cuerpo de Susana.
Una mujer desaparecida dos semanas atrás.
La Guardia Civil sigue buscando las partes que faltan...
- Lucrecia, amor, te amo tanto que te regalo la Luna !
- Lo siento Martín, pero ya me la dió Carlos...
Ayer me pegó. Estoy adolorida. Pero sé que está arrepentido, pues recibí flores hoy.
Hoy discutimos. Me pegó. Pero sé que está arrepentido, pues recibí flores.
..........
Hoy por fin lo logró. Todos visten de negro.
Sí, es mi funeral. Pero sé que está arrepentido, pues recibí flores hoy...
Marina sueña que está soñando. En sus sueños ve otros mundos, arco iris de dieciséis colores, películas a blanco y negro...
Marina cuando sueña que está soñando, se ve volando por valles, praderas y montañas, regando pétalos de flores a su paso y esparciendo burbujas de amor.
Cuando despierta en la mañana se siente muy cansada,
como si hubiera estado toda la noche volando.
Ella sabe que los sueños son sólo sueños.
Entonces suelta una lágrima dibujada de tristeza. Se levanta y se va a estudiar.
Debajo de su cama descansa una canasta llena de pétalos de flores y miles de burbujas de amor.
Marina es un ángel y no lo sabe.
Cerramos puertas, buscando nuevas salidas, sabiendo que cada portazo es como un puñal clavado en la espalda. Sentimos que lo perdemos todo, que no somos tan fuertes como creíamos.
Hoy dí un portazo estrepitoso, apagué la luz tenue de la frágil llama que se consumía.
He dicho no a seguir creyéndote, he dicho adiós a tu mirada inyectada en lascivia.
No quiero sentir mas tu aroma sobre mi pecho. Termina el viaje del deseo, de la lujuria, de la demencia. Concluye mi dependencia a tus manos, fallece el murmullo de tu voz en la penumbra, rompo con el silencio y la envidiable calma que endosaba tu presencia en mi cama.
Acabo con la angustia de la espera interminable, supliré tu sonrisa con mi llanto pero descanso de lo incierto, del peligro de tu dominio, libero mi piel del fuego que me transformó en cenizas.
Negro mi orgullo, negras mis lágrimas precisas para ahogarte en ellas.
Con mi llanto te esfumas, mirada al frente, altivo y soberbio.
Llamas a otra puerta negando haber tocado en la mía.
No guardaré luto por tu ausencia.
-Lo maté porque estaba harta de que me mientan...
-Aunque... en realidad no sé por qué lo maté.
-Ahora que lo pienso me daba lo mismo si él vivía o no. Pero pensé y pensé. Y cuando a una le dan mucho tiempo para pensar, le sale lo peor.
Cuando cerraron la puerta, Clara se encontró sola, aturdida, pensando que tendría que matarlo pero que no sabía cómo. Estaba transpirada. Se secó la cara con su pañuelo.
-No estoy loca. Mi única locura fué esperar tantos años. Pero no me arrepiento.
-Hice lo que tenía que hacer. Lo maté así porque debía tener una muerte con sufrimiento.
-Yo le avisé, pero él igual me siguió mintiendo.
-Espero que otros hombres se enteren de lo que yo hice, para que vayan aprendiendo.
-Después que lo maté me di cuenta de que había sido injusta.
-No podía matarlo y dejar a mi primo vivo.
Al final, él que me hizo casar fue él.
-Es mi mejor amigo... el hombre ideal para tí... me dijo.
-Me robaron el destino que me tocaba. Yo merecía otra cosa.
-He sido una víctima. Soy culpable, pero de algún modo, también inocente.
-Ahora, estamos todos a mano...