Apenas atraviesa el umbral, una mujer de papel lo coge del brazo y avanzan. A medida que avanzan en la profundidad del lugar, la mujer va ganando en volumen y realismo.
Ahora es muy bella y tiene su cuerpo lleno de inscripciones hechas con un bolígrafo rojo, aparentemente por los clientes anteriores.
Le pregunta su nombre, pero la mujer no le responde. Por fin llegan a una mesa y Anacleto se sienta.
Observa, espera. Todo sucede de una manera muy extraña. El tiempo y las acciones se suceden a un ritmo ciclotímico e irreal.
El lugar esta iluminado por unas luces tenues que riegan sombras sobre las figuras difusas.
Anacleto ha llegado hasta este sitio impulsado por una fuerza tan injustificable como la que estimula su accionar. Dentro de la quietud del salón, algo le sugiere que todo está en movimiento. Lo sobresalta el sonido de un silla a su lado y se sienta una larga barba. Pocos segundos después, llega su dueño y ocupa el mismo lugar. Este es un ser más bien parco y cargado de nostalgia. Por su luminosidad parece de otro mundo posible. El hombre se disculpa y argumenta que ha quedado en encontrarse con el mismo a esa misma hora en aquel lugar y señala el espejo. Su rostro sugiere que hace rato espera el encuentro. El bar tiene distintos entretenimientos para sus clientes. Una bailarina hindú, que danza sin cesar descalza entre las mesas, un ventrílocuo mudo y prostitutas rusas, que al contacto con un hombre se transforman en palomas.
De pronto, todo el lugar se ilumina de un color azul brillante y enceguecedor y Anacleto, la mujer de papel, el hombre de la barba larga, el espejo, las sombras, el ventrílocuo, las prostitutas, y la propia bailarina, desaparecen al mismo tiempo...
De pronto, todo el lugar se ilumina de un color azul brillante y enceguecedor y Anacleto, la mujer de papel, el hombre de la barba larga, el espejo, las sombras, el ventrílocuo, las prostitutas, y la propia bailarina, desaparecen al mismo tiempo...
Excepto dos palomas blancas... y un gato pelirrojo escondido debajo de una mesa.
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лукреция
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лукреция
hello lucrecia you 'i re a sweet cares each time i read you . kisses albert
ResponderEliminarhi albert, thanks for your kind and nice comments.
Eliminarkisses
a los anacletos siempre le pasan cosas raras...
ResponderEliminarEs cierto. Pobres Anacletos!... siempre les pasan cosas raras en su vida...
Eliminartodo es extraño y misterioso: no puede dejar de leerlo hasta el final
ResponderEliminarAlgunos extraños relatos son muy atrapantes y no podemos evitar leerlos hasta el final.
Eliminartodo puede pasar cuando el destino lleva un poquito de magia
ResponderEliminarabrazos
Cuando interviene la magia, el destino de algunos puede ser imprevisible.
Eliminarabrazo
Menuda trompa lllevaba el probe Anacleto.
ResponderEliminarJavier, la trompa no la llevaba anacleto, sino Lucrecía que ha vuelto con el tintorro...
ResponderEliminarDOÑA JUANA
EliminarAhora lo entiendo. La "probe" Lucrecia cada día más amarrada al tintorro.
Ni Anacleto ni yo, llevábamos ninguna trompa ni nadie bebe tintorro. Usen la lengua para analizar la calidad de las uvas...
Eliminarno te enfades conmigo Lucrecia que yo te quiero mucho.... muackkkkk
EliminarDoy fe de que fue así.
ResponderEliminarYo estaba con Natasha, una bailarina del Cáucaso que me tiene robado el corazón.
Besos.
Te creo. Natasha es la bailarina mas solicitada en la Latina...
Eliminarbesos
No me extraña nada la aventura de Anacleto; es normal en un agente secreto.
ResponderEliminarComo se dio cuenta que Anacleto era un agente secreto?...
EliminarLeyendo a Manuel Vazquez.
EliminarManuel Vázquez Montalbán?... Ahora entiendo... Vd. era uno de los "fans" del detective Pepe Carvalho...
EliminarEl gato pelirojo es debe tener unos 8 vidas...
ResponderEliminarOjalá en esta no se haya muerto.
Me daría mucha pena.
No te preocupes. El gato pelirrojo no murió. Quedó debajo de una mesa!
Eliminarbesos
Pues sí que era listo¡
Eliminar:)
Besos¡
Un bello relato el tuyo, gracias por escribir.
Un abrazo¡
La mujer de papal seguro que era de letras.
ResponderEliminarBesos, Lucrecia.
La mujer de papel era escritora.
Eliminarbesos
Feliz semana.
ResponderEliminarDesde la primera palabra, hasta el gato rojizo escondido, un solo cautivar de interés.
ResponderEliminarMágico , bello, ejemplo de excelente escritura creativa!!
Me quito el sobrero ante usted señora escritora!!!!
Me encanta!!!!!
Besosss y linda semana
Gracias Gizela por tu amable comentario. No pierdas el sombrero que valen un potosí.
Eliminarbesosss y feliz semana para ti
la figura es de papel?
ResponderEliminarSí, es de papel, por eso es "la mujer de papel"...
EliminarA que el gato pelirrojo está agazapado al acecho para ver si se embucha a las dos palomas.
ResponderEliminarBesosooooossssss
Creo que al gato se lo embuchó el dueño del bar...
Eliminarbesosss
Anacleto debería cambiar de droga antes de salir por La Latina. O no, porque en realidad no es mal viaje el que le ofrece ese bar.
ResponderEliminarA pesar de este comentario, me encantó este cuento tan surrealista. Lo más surrealista de todo, que las prostitutas rusas se conviertan en palomas al contacto con el hombre. Si así fuera, nuestros cielos (ahí, en España) estarían llenos de palomas.
Besos
Aunque no lo creas, han descubierto en los parques de Madrid, bandadas de palomas que se arrullan y entienden el ruso...
Eliminarabrazo
Al final después de dar vueltas alrededor de la persona de Anacleto, creo que todo formaba parte de su imaginación. Tanto la mujer de papel, como la bailarina hundú, las prostitutas rusas, el hombre de barba... son pura ficción que la soledad inventa para hacer más llevadera una vida vacía y desolada.
ResponderEliminarun abrazo
La soledad alimenta la imaginación y la fantasía.
Eliminarabrazo
¿Y mi comentario? Se lo tragó la mujer de papel.
ResponderEliminarO el hombre de la barba larga... o se lo enviaste a la lechuga...
Eliminar¿?... ¡! ...
Ya fui a varios blogs, no lo veo, pero en alguno lo pegué. ¿Buscaste bien? Lo mandé después de Miguelo.
EliminarNo es que fuera muy interesante, decía algo parecido a…
¡Yo sabía que terminaría así, me veía venir ese final!
Pobre ventrílocuo, y pobre Anacleto (no porque lo hayan convertido en paloma, sino por el nombrecito, hay madres crueles)
Dice Tano que cuando puedas le pases la dirección del bar, igual ya le dije que esos pajarracos tienen piojos.
(Acá no me acuerdo qué más decía) Luego te contaba que empecé a trabajar, que soy una vaca sofocada en la carretera, esta semana ya fui a ver a mis gauchos y tenían tremenda mala onda porque se les está secando la cosecha, y bla bla, si vas a comprar soja apúrate!
¿Estará embrujado el blog? ;)
Besos de lechuga
Ultimamente estás perdiendo muchas cosas. Cuida de no perder tu inocencia en manos de algún hombre malo...;-)
Eliminarun abrazo
ten un precioso fin de semana LUCRE
ResponderEliminarabrazos energéticos
:D
Gracias Elisa, mis mejores deseos para ti este fin de semana.
Eliminarabrazos
Entonces es cuando uno a uno se levantan y comienzan a contar su historia. O a seguir viviéndola.
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