Antonio salió tan apurado de su casa que olvidó sus indispensables gafas.
Apenas veía a su alrededor.
Llegando al cruce de la calle, no podía ver si el semáforo tenía luz verde o roja. Tampoco si se aproximaban vehículos o no.
Así que decidió esperar a que alguien cruzara junto a él.
En su orgullo no quiso pedir ayuda. Siempre había sido soberbio.
Un joven llegó a su lado y se detuvo un rato junto a él. Esperó.
El joven comenzó a cruzar y tras dos pasos lo siguió...
Al tercer paso ambos caen y mueren arrollados por un autobús.
Antonio nunca se imaginó que seguía a un suicida...
Asu!! qué terrible!! La soberbia es muy mala consejera.
ResponderEliminarUn gran abrazo
Triste isso, morrer atropelado por orgulho de pedir ajuda. como pode sair assim pelas ruas sem os óculos...Gostei do post.Ótima semana cheia de coisas especiais. Beijos
ResponderEliminarYa es mala suerte eh....
ResponderEliminarQue maldad.
Besos.
Tenemos que tener cuidado con las referencias que tomamos. Podemos acabar siguiendo a un suicida, un dictador, o a un imbécil.
ResponderEliminarSaludos.
Moraleja: si te olvidas las gafas, regresa a buscarlas. Muy bueno!!!
ResponderEliminarEstoy con Rodericus, hay que tener cuidado a quien se sigue.
ResponderEliminarLucrecia, tienes un sentido del humor un poco retorcido, bueno, igual soy yo el que lo tiene retorcido, de todas formas, me ha gustado.
un saludo
Pobre hombre, por eso no se debe seguir las masas “a ciegas”. Hay que volver a buscar las gafas, a ver si apagamos la cocina y desenchufamos la plancha.
ResponderEliminarQ.E.P.D Don Antonio.
Besos
He caido por aquí de casualidad... y tu último post me dejó... SIN PALABRAS! Que breve y que final tan intenso, jolines...
ResponderEliminarEn esta vida nunca está de más pedir ayuda, si dijeramos muchas de las cosas que nos callamos...
Un saludo!!
Siempre hay que tener cuidado a quienes seguimos,ya no solo en un paso de peatones sino en la vida misma,porque acabaremos igual que ellos,uno tiene que ser autosuficiente en todos los sentidos.Un beso Lucrecia.
ResponderEliminarLeo tu relato y me viene a la memoria estas palabras de Cristo:
ResponderEliminar"Si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo".
Saludos :)
buena idea ese semáforo...nos vemos en el blog bogarde, auxilio, auxilio, ayuda ante la avalancha madridista, visca el barça!!!!!
ResponderEliminarúltimamente me dejas a cuadros!!
ResponderEliminarjoé que mala suerte! o será que la vida le castigó por gilipollas...
¿Hay suicidas que se tiran debajo de un colectivo? No sé, se me hace una muerte dolorosa. Además de suicida era un masoquista, claramente. Saludos.
ResponderEliminarJolines, vaya mala pata..pues no abrá gente que pase sin suicidarse,jejej, un beso desde Murcia...
ResponderEliminarmal paso, mala decisión, mala elección... todo por no admitir sus carencias, sus debilidades. maldito orgullo!
ResponderEliminar´pff! qué mala fortuna...y todo por un olvido.
ResponderEliminarsuelen suceder olvidos así.
Saludos
Siempre observa bien a tu alrededor, aún antes de mover un dedo o una mano. Con mayor razón para tomar una decisión.
ResponderEliminarLa soberbia es tal vez una de las formas de expresión más refinadas que tiene la estupidez.
abrazo a tod@s
O orgulho não é bom companheiro, principalmente quando estamos sem capacidade para os caminhos da vida. Pedir ajuda é ato de sabedoria.
ResponderEliminarBjs.
Ese es el problema de seguir a alguien, ciego o vidente, puede llevarte por muy mal camino.
ResponderEliminarCheers!
HD
Se lo merece por vago y soberbio.
ResponderEliminarMe gustó!!!
Un saludo
muy realista. muy bueno. me gusto.
ResponderEliminarPd: Te invito a que visites mi blog de cine, ahí también publico cuentos míos.
Muy bueno! excelente relato, muy ingenioso, me ha gustado mucho!
ResponderEliminarUn gran saludo!